RETO 2
Concepción
Arenal, nacida en el siglo XIX, es una de las figuras más importantes del
feminismo en España, se le considera como su precursora, se enfrentó al orden
establecido de su época, con el fin de defender los derechos de las mujeres.
Para
poder cursar estudios universitarios, una de sus principales inquietudes en su
juventud, se tuvo que disfrazar de hombre, ya que las mujeres no tenían derecho
a la educación, que no fuera para convertirse en una “perfecta señorita”, y mucho menos a la universitaria, que era en
exclusividad para hombre, en aquel entonces.
Además,
fue una gran luchadora en favor de los más desfavorecidos, entre los que se
encontraban las mujeres, a las que por primera vez se las considera como uno de
los grupos sociales marginados. El trato a las mujeres como seres humanos y no
como simples objetos fue uno de sus principales objetivos y lo defendió a lo
largo de toda su vida.
Escribió
diversas obras, que sirvieron de ejemplo y se convirtieron en el punto de
partida para las mujeres que siguieron sus pasos en años posteriores.
UNA BREVE BIOGRAFÍA
Concepción Arenal nace a principios del año 1820, en Ferrol. De padre militar, que fue ingresado en prisión en varias ocasiones debido a sus ideas liberales contra el régimen absolutista de Fernando VII, donde finalmente fallece cuando Concepción cuenta con la edad de nueve años,
También
participa en tertulias políticas y literarias, aportando sus ideas liberales y progresistas
y
colaboró en el periódico La Iberia,
para lo que, desgraciadamente, tenía que mantener su disfraz de hombre.
Posteriormente,
en 1848, contrae matrimonio, y, tras el fallecimiento de su esposo, a los nueve
años, decide trasladarse a Potes, Cantabria, junto con sus dos hijos, donde, funda,
en 1859, el grupo femenino de la sociedad Conferencias
de San Vicente de Paúl, sociedad de férreas ideas católicas.
Como
consecuencia de ello, Concepción inicia su pasión por la ayuda sociohumanitaria
y escribe su primera obra, “La
beneficencia, la filantropía y la caridad” (1861), que marca la gran
influencia que ejercía el catolicismo en el desarrollo del “espíritu de beneficencia”,
en aquellos años, Catolicismo Social, y que da lugar a la creación de numerosos
asilos piadosos, que ella considera que debían estar reglamentados por el
estado.
Unos años más tarde, publica el “Manual del visitador del pobre”, lo que provoca que, en 1864, la nombren Inspectora de las cárceles de mujeres, cargo que ostenta hasta 1865, y que le convierte en la primera mujer que recibe el título de Visitadora de cárceles de mujeres.
Posteriormente
publica otros tres libros sobre los delincuentes, la esclavitud y la pena de
muerte, que lograron su nombramiento, en 1868, como Inspectora de Casas de Corrección de Mujeres.
También
funda la sociedad Constructora Benéfica,
que se encarga de la construcción de casas baratas para obreros, y colabora en
la organización de la Cruz Roja del
Socorro, para los heridos de las guerras carlistas.
Tras la Revolución de 1868, la sociedad inicia un cambio hacia posiciones más progresistas, momento en que crece su interés por las ideas krausistas (pensamiento de libre enseñanza), entablando amistad con sus principales teóricos, y focaliza su interés por la educación de la mujer.
También
dicta las Conferencias Dominicales para
la Mujer en el paraninfo de la Universidad Central de Madrid y participa en
la creación de la Asociación para la
Enseñanza de la Mujer y la Escuela de
Institutrices.
Publica
“La mujer del porvenir” (1869), su
primera obra de carácter feminista y a la que seguirán, años más tarde,
trabajos como “La mujer en su casa”
(1881), “Estado actual de la mujer en
España” (1884) o “La educación de la
mujer” (1892), obras en las que se propone disipar los errores que sobre la
mujer han arraigado en la opinión mayoritaria de la sociedad y reivindicar la
capacidad intelectual de la mujer y su derecho a recibir una educación que le
permita desempeñar cualquier profesión en condiciones iguales a las del hombre.
En
1875, se traslada a Gijón, al ser destinado su hijo. Allí, redacta diversas
obras sobre el derecho penal y penitenciario y el “Ensayo histórico sobre el
derecho de gentes” (1879), su obra jurídica más importante de derecho
internacional. Además, publica otro de sus más famosos trabajos, “La instrucción del pueblo” (1978).
En 1890,
vuelve a trasladarse, debido a otro cambio de destino de su hijo a Vigo, donde escribe
el “Manual del visitador del preso”
(1891), el ensayo sobre “El trabajo de
las mujeres” y el de “La educación de
la mujer” (1892).
Hasta
sus últimos días, colabora en innumerables periódicos de la época como el
Boletín de la Institución Libre de
Enseñanza, La España Moderna, La Nueva Ciencia Jurídica, Las Dominicales del Libre Pensamiento, La Ilustración Española y Americana, entre
otros.
Finalmente,
nos deja en 1893, en Vigo. Termina su vida, pero deja asentadas las bases de lo
que sería el posterior feminismo en una España que aún debería recorrer un
largo y tortuoso camino antes de conseguir la igualdad entre sexos.
SU CONTRIBUCIÓN A LA CONSTRUCCIÓN DE SOCIEDADES IGUALITARIAS
Concepción
Arenal es
una de las pioneras del feminismo en España. Pese a su férrea convicción católica,
luchó activamente por los derechos de la mujer durante toda su vida, tanto con
sus palabras, plasmadas en sus obras, como sus acciones, lo que marcó un punto
de inflexión que sirvió de guía para mujeres de años venideros, como Clara
Campoamor, Emilia Pardo Bazán, etc., y su valioso legado e influjo afortunadamente llega hasta nuestros días…
Todavía nos queda mucho camino por recorrer...
Fuentes utilizadas:
https://es.wikipedia.org/wiki/Concepci%C3%B3n_Arenal
https://www.mujeresenlahistoria.com/2014/10/la-madre-del-feminismo-espanol.html
https://www.cervantesvirtual.com/portales/concepcion_arenal/autora_biografia/
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/arenal.htm
https://dbe.rah.es/biografias/7741/concepcion-arenal-ponte
eldiario.es/cantabria/cantabros-con-historia/concepcion-arenal-comienzo-revolucion_132_2988282.html
https://www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd11189.pdf